El Museo de Arte de Nueva York adquirió 14 videojuegos para acrecentar su colección permanente ¿Se los puede considerar arte? Hay opiniones favor y en contra
Los recordados 'Pac-Man' y 'Tetris' -que fueron el deleite de niños y adolescentes en los 80- ya forman parte de las colecciones del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), con sede en Manhattan.
Su responsable del Departamento de Arquitectura y Diseño, Paola Antonelli, declaró que por el momento se adquirieron 14 videojuegos pero que se espera ampliar la colección hasta completar 40.
Además del 'Pac-Man' (1980) y el 'Tetris' (1984) la lista la completan 'Another World' (1991), 'Myst' (1993), 'SimCity 2000' (1994), 'vib-ribbon' (1999), 'Sims' (2000), 'Katamari Damacy' (2004), 'EVE Online' (2003), 'Dwarf Fortress' (2006), 'Portal' (2007), 'flOw' (2006), 'Passage' (2008) y 'Canabalt' (2009).
Antonelli aseguró que los videojuegos no son solo arte sino también diseño. En este caso, el MoMA se ha centrado sobre este último aspecto, ya que tomó en cuenta el diseño interactivo, la calidad visual, la experiencia estética de cada juego, la elegancia del código y el comportamiento del jugador.
"¿Son los videojuegos arte?", se pregunta Antonelli. "Sí que lo son, pero también son diseño y un enfoque de diseño es lo que hemos elegido para esta nueva incursión en el universo. Los juegos son seleccionados como ejemplos excepcionales de diseño interactivo, un campo que el MoMA ha explorado y se recoge ampliamente, y una de las expresiones más importantes y frecuentemente discutida de la creatividad en el diseño contemporáneo", aseguró.
“Nuestros criterios de selección hacen hincapié, no sólo en la calidad visual y experiencia estética, sino en la elegancia del código que genera la interacción entre diseño y jugador”, sostuvo Antonelli.
Según una nota que publica la prestigiosa revista Wired, cada juego se presentará de una manera diferente. Si es corto, es posible que esté disponible para jugar en su totalidad. Para los juegos más largos, puede haber una demostración interactiva donde los visitantes puedan jugar por un tiempo breve.
Pero la colección de videojuegos del MoMa causó tal revuelo que las críticas no se hicieron esperar. Brian Moriarty, del periódico inglés The Guardian, aseguró que es un error considerarlos arte y se preguntó: “¿Por qué juegos medianamente interesantes como Canabalt son consagrados por el MoMA, y el ajedrez, con reglas más elegantes y duraderas, jamás lo ha sido?”. “No debemos pasar por alto el consenso de los siglos: los juegos no son arte”, aseguró.
Su responsable del Departamento de Arquitectura y Diseño, Paola Antonelli, declaró que por el momento se adquirieron 14 videojuegos pero que se espera ampliar la colección hasta completar 40.
Además del 'Pac-Man' (1980) y el 'Tetris' (1984) la lista la completan 'Another World' (1991), 'Myst' (1993), 'SimCity 2000' (1994), 'vib-ribbon' (1999), 'Sims' (2000), 'Katamari Damacy' (2004), 'EVE Online' (2003), 'Dwarf Fortress' (2006), 'Portal' (2007), 'flOw' (2006), 'Passage' (2008) y 'Canabalt' (2009).
Antonelli aseguró que los videojuegos no son solo arte sino también diseño. En este caso, el MoMA se ha centrado sobre este último aspecto, ya que tomó en cuenta el diseño interactivo, la calidad visual, la experiencia estética de cada juego, la elegancia del código y el comportamiento del jugador.
"¿Son los videojuegos arte?", se pregunta Antonelli. "Sí que lo son, pero también son diseño y un enfoque de diseño es lo que hemos elegido para esta nueva incursión en el universo. Los juegos son seleccionados como ejemplos excepcionales de diseño interactivo, un campo que el MoMA ha explorado y se recoge ampliamente, y una de las expresiones más importantes y frecuentemente discutida de la creatividad en el diseño contemporáneo", aseguró.
“Nuestros criterios de selección hacen hincapié, no sólo en la calidad visual y experiencia estética, sino en la elegancia del código que genera la interacción entre diseño y jugador”, sostuvo Antonelli.
Según una nota que publica la prestigiosa revista Wired, cada juego se presentará de una manera diferente. Si es corto, es posible que esté disponible para jugar en su totalidad. Para los juegos más largos, puede haber una demostración interactiva donde los visitantes puedan jugar por un tiempo breve.
Pero la colección de videojuegos del MoMa causó tal revuelo que las críticas no se hicieron esperar. Brian Moriarty, del periódico inglés The Guardian, aseguró que es un error considerarlos arte y se preguntó: “¿Por qué juegos medianamente interesantes como Canabalt son consagrados por el MoMA, y el ajedrez, con reglas más elegantes y duraderas, jamás lo ha sido?”. “No debemos pasar por alto el consenso de los siglos: los juegos no son arte”, aseguró.
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