La tecnología aplicada al campo, la nueva estrella de las exportaciones
Agropartes y agrocomponentes las herramientas más pedidas
Merino Soto
Software, GPS, sistemas de equipamiento, todas soluciones tecnológicas integrales, que permiten al agro argentino ser uno de los mejores del mundo. Esas herramientas tecnológicas no son ya sólo de consumo interno sino que se convirtieron en un nuevo nicho de exportación.
La demanda de máquinas agrícolas nacionales más automatizadas en su funcionamiento que posibilite no sólo un mayor rendimiento sino mayores prestaciones fue el inicio para que empresas extranjeras empezaran a solicitar a la Argentina el mismo paquete tecnológico.
En la actualidad, en la Argentina se aplican no solamente mejoras electrónicas sino también adelantos en informática y en las comunicaciones.
Esto significa desde la ayuda del GPS, continuando con el monitor de rendimiento, software, monitores de siembra, equipamiento para la aplicación de semilla y fertilizante, dosis variable, banderilleros satelitales, sensores remotos (como fotografía aérea, imágenes satelitales, etcétera).
Todas estas alternativas de agricultura significan la eficiencia en el uso de los insumos que permite aplicar lo justo en el momento oportuno y en el lugar adecuado. Y esto es lo que viene mostrando la Argentina en varios mercados, que si bien también las tienen, las empresas locales buscan estar siempre un paso adelante frente a la competencia.
Una de ellas es Sensor, que ofrece a dos representantes de la industria brasileña todo lo referido con la electrónica, la electricidad en cabina (comandos) y monitores de mapeo destinados a la agricultura de precisión. Esto representa para la empresa un 50% de su facturación anual.
Garro Fabril, una firma local líder en cajas de engranajes de maiceros y sembradoras, destina el 70% de su producción a Brasil, pero también tiene compradores en Uruguay, Chile, España e Italia.
En total son más de 100 empresas de máquinas y partes las que exportan, algunas de ellas exportan tecnología de alta complejidad como Plantium (autoguías o pilotos automáticos a Brasil), Verion (electrónica e hidráulica a Brasil y otros países), cabezales maiceros y girasoleros lo hacen Franco Fabril a Sudáfrica (50 por año), Allochis fabrica cabezales maiceros con chasis de aluminio y le vende a los EE.UU., entre otros países. Ésta además tiene una patente internacional de un nuevo cabezal sojero flexible con lona, otorgando mayor eficiencia.
No cabe duda de que el mundo demanda la tecnología nacional. No por algo, la Argentina es líder en América del Sur y la segunda a nivel mundial en el uso de la agricultura de precisión.
La forma de medirla es a través de la cantidad de computadoras arriba de una máquina. En ese sentido hay en el país 6.200 monitores de crecimiento, luego lo sigue Brasil con 3.000 y primero están los Estados Unidos que tiene arriba de 11.000 máquinas inteligentes.
En resumen, la capacidad de los técnicos argentinos es un ejemplo de crecimiento y competitividad en el mundo. El desarrollo electrónico que transformaron a “los fierros argentinos” en inteligentes, es hoy valorado en muchos países.
u$s4.000 es el valor de un monitor de rendimiento para cosechadoras. Pero las empresas extranjeras prefieren comprar todo el paquete tecnológico el cual oscila entre los 8.000 y los 9.000 dólares. Hoy la Argentina es líder en la región con más de 8.900 monitores. El primer lugar es para los Estados Unidos, con más de 11.000.
Software, GPS, sistemas de equipamiento, todas soluciones tecnológicas integrales, que permiten al agro argentino ser uno de los mejores del mundo. Esas herramientas tecnológicas no son ya sólo de consumo interno sino que se convirtieron en un nuevo nicho de exportación.
La demanda de máquinas agrícolas nacionales más automatizadas en su funcionamiento que posibilite no sólo un mayor rendimiento sino mayores prestaciones fue el inicio para que empresas extranjeras empezaran a solicitar a la Argentina el mismo paquete tecnológico.
En la actualidad, en la Argentina se aplican no solamente mejoras electrónicas sino también adelantos en informática y en las comunicaciones.
Esto significa desde la ayuda del GPS, continuando con el monitor de rendimiento, software, monitores de siembra, equipamiento para la aplicación de semilla y fertilizante, dosis variable, banderilleros satelitales, sensores remotos (como fotografía aérea, imágenes satelitales, etcétera).
Todas estas alternativas de agricultura significan la eficiencia en el uso de los insumos que permite aplicar lo justo en el momento oportuno y en el lugar adecuado. Y esto es lo que viene mostrando la Argentina en varios mercados, que si bien también las tienen, las empresas locales buscan estar siempre un paso adelante frente a la competencia.
Una de ellas es Sensor, que ofrece a dos representantes de la industria brasileña todo lo referido con la electrónica, la electricidad en cabina (comandos) y monitores de mapeo destinados a la agricultura de precisión. Esto representa para la empresa un 50% de su facturación anual.
Garro Fabril, una firma local líder en cajas de engranajes de maiceros y sembradoras, destina el 70% de su producción a Brasil, pero también tiene compradores en Uruguay, Chile, España e Italia.
En total son más de 100 empresas de máquinas y partes las que exportan, algunas de ellas exportan tecnología de alta complejidad como Plantium (autoguías o pilotos automáticos a Brasil), Verion (electrónica e hidráulica a Brasil y otros países), cabezales maiceros y girasoleros lo hacen Franco Fabril a Sudáfrica (50 por año), Allochis fabrica cabezales maiceros con chasis de aluminio y le vende a los EE.UU., entre otros países. Ésta además tiene una patente internacional de un nuevo cabezal sojero flexible con lona, otorgando mayor eficiencia.
No cabe duda de que el mundo demanda la tecnología nacional. No por algo, la Argentina es líder en América del Sur y la segunda a nivel mundial en el uso de la agricultura de precisión.
La forma de medirla es a través de la cantidad de computadoras arriba de una máquina. En ese sentido hay en el país 6.200 monitores de crecimiento, luego lo sigue Brasil con 3.000 y primero están los Estados Unidos que tiene arriba de 11.000 máquinas inteligentes.
En resumen, la capacidad de los técnicos argentinos es un ejemplo de crecimiento y competitividad en el mundo. El desarrollo electrónico que transformaron a “los fierros argentinos” en inteligentes, es hoy valorado en muchos países.
u$s4.000 es el valor de un monitor de rendimiento para cosechadoras. Pero las empresas extranjeras prefieren comprar todo el paquete tecnológico el cual oscila entre los 8.000 y los 9.000 dólares. Hoy la Argentina es líder en la región con más de 8.900 monitores. El primer lugar es para los Estados Unidos, con más de 11.000.
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