La llegada de Glonass, el servicio de geoposicionamiento satelital ruso, al territorio estadounidense es resistida por las agencias de inteligencia, preocupadas por el uso de la tecnología en aplicaciones militares
El sistema de geoposicionamiento global, conocido por sus siglas GPS, es utilizado por los dispositivos móviles, con un competidor como el Glonass ruso, cuyas estaciones de monitoreo buscan ingresar a Estados Unidos. Foto: Reuters
WASHINGTON - Según los servicios de espías de Estados Unidos, la próxima amenaza potencial rusa puede no venir de una malvada arma cibernética o de
secretos develados gracias a los archivos de
Edward Snowden , el ex contratista la Agencia de Seguridad Nacional, que ahora se encuentra en Moscú.
En cambio, esta amenaza puede venir bajo la forma de una antena aparentemente inocua y con un domo en la punta, ubicada arriba de un edificio repleto de dispositivos electrónicos y rodeada por una cerca de seguridad en algún sitio de Estados Unidos.
En los últimos meses, la Agencia Central de Inteligencia (Central Intelligence Agency o CIA, por su acrónimo en idioma inglés) y el Pentágono han estado realizando en secreto una campaña destinada a lograr que el Departamento de Estado no permita a Roscosmos, la agencia espacial rusa, construir aproximadamente media docena de estas estructuras, conocidas como estaciones de monitorización, en el territorio de Estados Unidos, aseguraron diversos funcionarios estadounidenses.
Ellos temen que estas estructuras ayuden a Rusia a espiar a Estados Unidos y a mejorar la precisión del arsenal ruso, dijeron los funcionarios. Estas estaciones de monitorización, sostienen los rusos, mejorarían significativamente la exactitud y confiabilidad de la versión moscovita del
Sistema de Posicionamiento Global (Global Positioning System o GPS, por su sigla en idioma inglés), la red satelital estadounidense que dirige los misiles guiados hacia sus objetivos y a los sedientos usuarios de teléfonos inteligentes hacia el Starbucks más cercano.
"Ellos no quieren depender del sistema estadounidense y consideran que sus sistemas, similares al GPS, generarán otras industrias y aplicaciones", dijo un ex funcionario de alto rango de la Oficina del Espacio y Tecnología Avanzada, del Departamento de Estado. "Ellos sienten como si estuvieran perdiendo una ventaja tecnológica respecto de nosotros en un mercado importante. Recuerden todo lo que el GPS ha hecho en relación con cosas como los teléfonos y el desplazamiento de aviones y barcos".
Los rusos sienten como si estuvieran perdiendo una ventaja tecnológica respecto de nosotros en un mercado importante, dijo un ex funcionario de alto rango de la Oficina del Espacio y Tecnología Avanzada de EE.UU.
El esfuerzo ruso es parte de una carrera global más grande disputada por varios países (entre los cuales se incluye a China y a las naciones de la Unión Europea) para perfeccionar sus propios sistemas de posicionamiento global y desafiar el dominio del GPS estadounidense.
Para el Departamento de Estado, permitir que Rusia construya las estaciones ayudaría a restablecer las relaciones del gobierno de Obama con el gobierno del presidente Vladimir V. Putin, que ahora están en su peor momento porque Moscú otorgó asilo a Snowden y también porque apoya al presidente Bashar al-Assad, de Siria.
Pero la CIA y otras agencias de espionaje estadounidenses, así como el Pentágono, sospechan que las estaciones de monitorización asegurarían a los rusos una posición en territorio estadounidense que agudizaría la precisión de las armas de Moscú dirigidas a través de satélites. Las estaciones, consideran, también podrían dar a los rusos una "ventana" para husmear a Estados Unidos dentro de sus fronteras.
El escándalo es lo suficientemente serio como para que los funcionarios del gobierno hayan retrasado una decisión final hasta que los rusos brinden más información y hasta que las agencias estadounidenses resuelvan sus diferencias, señalaron oficiales del Departamento de Estado y de la Casa Blanca.
Los esfuerzos de Rusia también han causado preocupación en el Capitolio, donde miembros de los comités de los servicios de inteligencia y de fuerzas armadas ven con profundas sospechas a la red de posicionamiento global de Moscú (conocida como
Glonass , abreviatura de Global Navigation Satellite System, en idioma inglés, o Sistema Satelital de Navegación Global, en idioma español) y reclaman respuestas al gobierno.
Los servicios de geoposicionamiento, cada vez más utilizados en smartphones y tabletas, ahora están bajo una disputa política y militar entre EE.UU. y Rusia. Foto: AP
"Me gustaría comprender por qué Estados Unidos estaría interesado en permitir el ingreso de un competidor del GPS, como el Glonass ruso, cuando la confiabilidad mundial en el GPS es una clara ventaja para Estados Unidos en múltiples niveles", dijo Mike Rogers, de Alabama, quien es el presidente del subcomité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes.
La semana última, Rogers pidió al Pentágono que brinde una evaluación del impacto de la propuesta sobre la seguridad nacional. Él realizó el pedido a través de una carta que envió al Secretario de Defensa, Chuck Hagel, al Secretario de Estado, John Kerry y también al Director de Inteligencia Nacional, James R. Clapper Jr.
Las estaciones de monitorización han sido, durante muchos años, una verdadera prioridad para Putin ya que las considera un medio para mejorar Glonass, no solo con el propósito de beneficiar a los sectores militares y civiles rusos sino también de competir globalmente con el GPS.
Antes, este año, Rusia estableció una estación en Brasil y se espera que pronto lleve a cabo acuerdos con España, Indonesia y Australia, según boletines informativos rusos. Por su parte, Estados Unidos tiene estaciones en algunas partes del mundo, pero no en Rusia.
Rusia estableció una estación en Brasil y se espera que pronto lleve a cabo acuerdos con España, Indonesia y Australia, según boletines informativos rusos. Por su parte, Estados Unidos tiene estaciones en algunas partes del mundo, pero no en Rusia
Negociadores rusos y estadounidenses se reunieron por última vez el 25 de abril con el fin de evaluar los "requisitos generales para establecer posibles estaciones de monitorización de Glonass en territorio estadounidense y para medir el alcance de las ya planeadas futuras negociaciones", expresó la vocera del Departamento de estado, Marie Harf, quien a su vez aclaró que no se había tomado una decisión final.
Harf y otros funcionarios gubernamentales se negaron a proporcionar información adicional. La CIA no quiso hacer comentarios.
Por su parte, el gobierno ruso ofreció pocos detalles sobre el programa. En una declaración, un vocero de la embajada rusa en Washington, Yevgeniy Khorishko, dijo que instalaban las estaciones "únicamente para asegurar la calibración y precisión de las señales para el sistema Glonass". Khorishko remitió todas las preguntas a Roscosmos, que no respondió a un pedido de comentarios la semana última.
A pesar de que la Guerra Fría terminó hace muchos años, los rusos no quieren depender de la infraestructura del GPS estadounidense porque continúan sospechando de las capacidades militares de Estados Unidos, dicen algunos analistas de seguridad. Es por ello que han insistido en seguir adelante con su propio sistema, a pesar de los elevados costos.
Los rusos temen que la aceptación del GPS brinde a Estados Unidos algunas serias ventajas estratégicas desde el punto de vista militar. Los analistas afirman que, dentro del escenario de los peores temores rusos, los estadounidenses puedan potencialmente manipular señales y enviar información errónea a las fuerzas armadas rusas.
Las estaciones de monitorización son esenciales para mantener la exactitud de un sistema de posicionamiento global, según Bradford Parkinson, un profesor emérito de aeronáutica y astronáutica de la Universidad Stanford, quien fue el principal arquitecto original del GPS. A medida que la órbita de un satélite lentamente se desvía de lo que estaba predicho, las estaciones de referencia, en tierra, miden estas pequeñas desviaciones y las envían a una estación de control central para su actualización, dijo. Esa predicción se envía al satélite cada 12 horas con el fin de transmitirla posteriormente a los usuarios. El hecho de tener estaciones de monitorización en toda la Tierra proporciona más precisión que tenerlas únicamente en un hemisferio.
Las estaciones se utilizarán únicamente para asegurar la calibración y precisión de las señales para el sistema Glonass, dijo Yevgeniy Khorishko, vocero de la embajada rusa en Washington
Washington y Moscú han estado debatiendo casi una década sobre cómo y cuándo cooperar en relación con las señales de navegación civiles con base en satélites, particularmente para asegurar que los sistemas no interfieran entre sí. De hecho, muchos smartphones y otros sistemas de navegación para el consumidor que se venden en Estados Unidos en la actualidad utilizan datos de satélites de ambos países.
En mayo de 2012, Moscú pidió que Estados Unidos permitiera establecer las estaciones de monitorización terrestres en suelo estadounidense. Funcionarios técnicos y diplomáticos estadounidenses se reunieron varias veces para debatir el tema y pidieron a los funcionarios rusos más información, dijo Harf, la vocera del Departamento de Estado.
Mientras tanto, este otoño (boreal), los analistas de la CIA revisaron la propuesta y arribaron a la conclusión, en un informe clasificado, de que permitir las estaciones de monitorización rusas en su país daría lugar a la contrainteligencia y a otros temas vinculados con la seguridad.
El Departamento de estado no considera que ese sea un argumento sólido, dijo un oficial del gobierno. "No lo ve como una amenaza".
David M. Herszenhorn y Andrew E. Kramer contribuyeron con el informe desde Moscú. Kitty Bennett también contribuyó con la investigación. © NYT Traducción de Angela Atadía de Borghetti..