Un emprendedor israelí desarrolló un pequeño motor que se puede adosar a un modelo de papel; además, se puede controlar con el smartphone
El pequeño motor, que fue creado hace ya algunos años pero que por cuestiones de costos no pudo ver la luz hasta ahora, se adosa al modelo de papel y tiene un sensor que a través de una conexión de Bluetooth permite al usuario controlar la velocidad y la dirección del avión.
La idea se le ocurrió a Shai Goitein, un ex piloto comercial de origen israelí quien, mientras trabajaba con chicos con problemas sociales, tomó un aprecio particular por los objetos voladores en general y por los aviones de papel en particular. Allí tuvo la idea de desarrollar alguna forma para que los avioncitos pudieran durar más en el aire.
Los primeros prototipos que desarrolló Goitein no tuvieron mucha difusión porque en el momento en que dio con la idea los costos técnicos eran muy altos. Ahora, y 57 prototipos después, el PowerUp dio con las condiciones ideales para poder salir al mercado. ¿Cómo lo logró? Por un lado, Goitein logró incorporar el control remoto a través de Bluetooth, lo que le permitió sumar la opción de manejar el avión desde un celular. Por otro lado, la baja en los precios del equipamiento necesario, lo que le permite ser más competitivo. Y un tercer aspecto fundamental para que este proyecto haya salido a la luz fue el crowdfunding.
Luego de varios años de mostrar el prototipo a varios potenciales inversores, incluido un fabricante de juguetes alemán que lo ayudó a desarrollar el producto, Goitein recaló en la plataforma de financiamiento Kickstarter para conseguir el dinero necesario para lanzar el producto al mercado.
PowerUp Products lanzó su campaña de financiación con el objetivo de conseguir 50.000 dólares. La meta la logró en sólo ocho horas y una semana después, comenta Goitein al diario ElMundo.es, ya habían conseguido 400 mil dólares, gracias a esta plataforma, para hacer volar su proyecto.
El pequeño motor, que fue creado hace ya algunos años pero que por cuestiones de costos no pudo ver la luz hasta ahora, se adosa al modelo de papel y tiene un sensor que a través de una conexión de Bluetooth permite al usuario controlar la velocidad y la dirección del avión.
La idea se le ocurrió a Shai Goitein, un ex piloto comercial de origen israelí quien, mientras trabajaba con chicos con problemas sociales, tomó un aprecio particular por los objetos voladores en general y por los aviones de papel en particular. Allí tuvo la idea de desarrollar alguna forma para que los avioncitos pudieran durar más en el aire.
Los primeros prototipos que desarrolló Goitein no tuvieron mucha difusión porque en el momento en que dio con la idea los costos técnicos eran muy altos. Ahora, y 57 prototipos después, el PowerUp dio con las condiciones ideales para poder salir al mercado. ¿Cómo lo logró? Por un lado, Goitein logró incorporar el control remoto a través de Bluetooth, lo que le permitió sumar la opción de manejar el avión desde un celular. Por otro lado, la baja en los precios del equipamiento necesario, lo que le permite ser más competitivo. Y un tercer aspecto fundamental para que este proyecto haya salido a la luz fue el crowdfunding.
Luego de varios años de mostrar el prototipo a varios potenciales inversores, incluido un fabricante de juguetes alemán que lo ayudó a desarrollar el producto, Goitein recaló en la plataforma de financiamiento Kickstarter para conseguir el dinero necesario para lanzar el producto al mercado.
PowerUp Products lanzó su campaña de financiación con el objetivo de conseguir 50.000 dólares. La meta la logró en sólo ocho horas y una semana después, comenta Goitein al diario ElMundo.es, ya habían conseguido 400 mil dólares, gracias a esta plataforma, para hacer volar su proyecto.
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