Para un motorista el uso del casco no es que sea algo optativo sino impresindible antes de coger o usar una motocicleta como una medida más de seguridad en caso de accidente que siempre será golpear el casco contra el suelo que hacerlo con la cabeza. Ahora bien, ¿y si el casco es más proactivo y su misión no solo es protegerte en un accidente sino también evitarlo poniendo todos los medios posibles para ello?
Esta es la razón que ha dado origen al Skully P-1, un casco que aumenta el campo de visión a 180ºgracias a su cámara trasera incorporada además de ofrecer información al piloto a través de su microprocesador y una versión de Android modificada otorgando y facilitando gran parte de las ventajas de los smartphones como por ejemplo información durante una navegación GPS, un HUD e información mostrada ante los ojos (un concepto similar a Google Glass) y todo de manera absolutamente proactiva sin necesidad de usar las manos para nada sino dedicarlas para su objetivo que es tenerlas en el manillar.
Para proporcionar esta funcionalidad, el P-1 tiene una aleta en la parte trasera del casco aprobada por la Delegación de Transportes o Dirección de Tráfico donde se almacena el hardware necesario para poder efectuar todas estas funciones como es el GPS, Bluetooth, acelerómetro, giroscopio, brújula y autonomía con su batería recargable.
El casco se encuentra en una fase de desarrollo y es poco más que un prototipo con muchas más opciones por incorporar como por ejemplo un sistema de llamada a los servicios de emergencia automáticamente en caso de que se detecte un impacto o golpe sobre el casco así como otras posibilidades que se multiplicarán en cuanto se abra la plataforma para invitar a la participación de desarrolladores y terceros para la creación de aplicaciones dedicadas a este nuevo gadget.
Como anécdota, este invento surgió por un accidente de tráfico que tuvo su creador, Weller, durante su estancia en Barcelona cuando había visitado España por trabajo. Mientras estaba buscando una dirección y señales de tráfico que lo guiaran, un coche lo envistió por detrás. Al volver a EEUU se puso a trabajar en esta idea dando origen al Skully P-1.
Los planes de lanzamiento para su puesta a la venta se barajan para la próxima primavera en dos colores, negro mate o blanco y posiblemente tendrá un coste superior a 1.000 dólares, algo al alcance de pocos.
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