La electrónica plastica permite elaborar aparatos flexibles, ligeros y baratos.
Un televisor que se puede enrollar como si fuera un periódico, láminas de luz que se pueden adherir al techo o tarjetas de visita con un dispositivo de memoria electrónica tan fino como un cabello humano.
Las posibilidades de la electrónica plástica, también conocida como orgánica o imprimible parecen infinitas.
Algunos expertos vaticinan que este tipo de electrónica revolucionará por completo la industria, ya que su uso podría extenderse a una gran variedad de ámbitos de nuestra vida cotidiana, desde el empaquetado de alimentos a nuestra ropa.
La BBC visitó recientemente una feria en Birmingham, Reino Unido, donde conoció a algunas de las empresas que tratan de sacar partido de esta nueva tecnología.
Bajo costo
A diferencia de los dispositivos tradicionales, hechos a base de silicona, la electrónica plástica se confecciona a partir de carbono o materiales orgánicos, usando un proceso de impresión.
Este tipo de materiales se pueden procesar también como solución líquida, por lo que simplemente pueden rociarse sobre un material y hacerlo funcionar.
En la feria de Birmingham, pudieron verse desde televisores a color y gran definición a carteles digitales y todo tipo de aparatos flexibles.
"Usar nuevos materiales basados en carbono en lugar de silicona nos permite elaborar productos ligeros, que son fáciles de fabricar y de bajo costo", explicó a la BBC Jon Helliwell del Centre for Process Innovation.
"Usando combinaciones de materiales orgánicos adheridos a estructuras precisas, podemos fabricar luces, y estas luces pueden estar hechas con materiales sólidos, vidrio o cinta plástica", informó.
"Imaginen una habitación que en lugar de tener 12 luces en el techo, el techo entero es una luz".
Empaquetado
Estos productos se pueden confeccionar con componentes biodegradables.
Los defensores de esta tecnología argumentan que su bajo costo y adaptabilidad hará que su uso se extienda en ámbitos muy diversos.
"Uno de los sectores en los que estamos más interesados incluye el de la medicina", afirma Rachel Lichten, de la empresa Plastic Logic, "imaginen una pequeña pantalla y un aparato en el brazo que pueda medir la presión sanguínea".
Lichten informó que su empresa ya está trabajando en su uso en aparatos móviles, en libros electrónicos y teléfonos celulares.
Otra ventaja, afirma por su parte Steve Jones, de la firma Printed electronics, es que al ser confeccionados con materiales orgánicos son biodegradables.
"Se usan y se tiran, pueden usarse para hacer compost en casa".
En este sentido, informó, uno de los campos donde su uso podría tener más éxito es el del empaquetado. En un futuro no muy lejano, aclaró, "estos circuitos irán adheridos en cajas de cartón o en un papel".
Esta tecnología, finaliza Lichten, permite a compañías como Plastic Logic fabricar pantallas "extremadamente ligeras, muy finas, muy flexibles, robustas (dice golpeando con el puño una de sus pantallas) y de bajo consumo (...) Es la revolución de la electrónica".
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