domingo, 25 de agosto de 2013

Kodak renace como empresa, pero deja las cámaras


Kodak renace como empresa, pero deja las cámaras




La autorización del juez federal del Tribunal de Bancarrota de Manhattan, Allan Gropper, pone a Kodak en camino a salir de la bancarrota en unas dos semanas. Se estima que esto será el 3 de septiembre.

"Será enormemente valioso para la compañía salir del Capítulo 11 y con suerte comenzar a recuperar su posición en el mercado estadounidense", dijo Gropper.

Kodak, con sede en Rochester, Nueva York, fue durante años sinónimo de cámaras e imágenes familiares. En enero del 2012, la compañía se declaró en quiebra con una deuda de u$s6.750 millones, presionada por los altos costos de las pensiones y retrasos de años en aceptar la tecnología de las cámaras digitales.

Con la aprobación de la corte, la salida de la bancarrota es inminente, dijo en un comunicado el presidente ejecutivo de la compañía, Antonio Pérez.

"Después, pasaremos a emerger como un líder en tecnología sirviendo a grandes y crecientes mercados de imágenes comerciales", destacó, al agregar que la compañía tendrá una estructura más austera y una hoja de balance más sólida.

La compañía ha liquidado activos y ahora se concentrará principalmente en productos comerciales como la tecnología de impresión digital de alta velocidad y el empaque flexible de bienes de consumo.

De acuerdo con la agencia de noticias Bloomberg, resurgirá como una empresa de impresión comercial que no venderá nada a los consumidores finales. El plan contempla que se aleje de las cámaras, la venta de películas y el desarrollo de tecnologías fotográficas.

Su nueva estructura implicará un perfil público más bajo para el icónico nombre Kodak. Los ingresos previstos de la compañía, de unos u$s2.500 millones, son casi la mitad de lo que tenía cuando se declaró en quiebra.

En bancarrota, Kodak no logró obtener un valor significativo para su cartera de patentes, que según expertos fue una razón crucial por la que tuvo que vender sus negocios esenciales y reinventarse.

Pero la bancarrota resolvió una importante disputa acerca de las pensiones de los jubilados y ha forjado un plan de reestructuración que, aunque elimina a los accionistas, debería saldar la deuda de los acreedores garantizados y de segundo nivel.

Un poco de historia

Para muchos Kodak está vinculada a sus primeras fotos, a su adolescencia y juventud, los primeros revelados con sus emociones inherentes; cierta emoción por ver los primeros resultados, todo un mundo de recuerdos.

Sin embargo, el mundo empresarial, no solo el de la foto, se conmovió cuando el 19 de enero del pasado año la firma de Rochester (Nueva York), fundada por George Eastman, presentó suspensión de pagos.


George Eastman fue un auténtico pionero, hijo de un inmigrante inglés que llegó a Salisbury (Massachussets), nació en Waterville (Nueva York) en 1854, y tras una niñez de pobreza, abandonó la escuela para trabajar desde los 14 años de mensajero y limpiador por un sueldo ínfimo que le permitió, sin embargo, ahorrar algunos dólares para dedicarlos a sus inventos.

El propio nombre de la empresa, a la que se llamó el gigante amarillo, fue un invento, ya que Kodak fue inscripta con tal denominación en 1888 por dos motivos: uno que tenía dos veces la letra "k", la preferida de Eastman, y el otro porque además es fácil de pronunciar en cualquier idioma.


Pese a lo que se pueda creer, los problemas de Kodak no están en no haber estado a la altura de los tiempos digitales, pues la firma es la inventora de la cámara digital (1975), sino en que no ha rentabilizado muchos de sus negocios.

El gran mérito de esta empresa es haber popularizado la fotografía, con su lema "apriete el botón y nosotros hacemos el resto". Y, en efecto, el usuario llevaba el rollo y el resto corría por cuenta de Kodak, un cambio revolucionario en los hábitos de revelado que hasta ese momento imperaban.

Fabricante de material sensible, de cámaras de todo tipo, creadora de formatos como el 620 milímetros y los chasis de 126 y 110 milímetros, Kodak se extendió a lo largo de todo el mundo, recuerda la agencia de noticias EFE.

Los vendedores, durante muchos años, ni siquiera preguntaban a los usuarios qué película querían y directamente le ponían en las manos una caja amarilla en cualquiera de esos formatos.

Hoy las películas de Kodak ya empiezan a ser difíciles de encontrar, especialmente algunas emulsiones, y su precio en los mercados fotográficos están subiendo de forma considerable.
 

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